Para la Venezuela que viene I
Propuesta político institucional para lograr el desarrollo democrático en Venezuela
Durante los últimos años el régimen
político venezolano se ha ido degradando de una Democracia a lo que se conoce como un Autoritarismo Competitivo,
que es un tipo de régimen híbrido en el que las instituciones y mecanismos de
las democracias se utilizan con fines autoritarios. El Estado de Derecho se
comenzó a degradar de tal forma hasta el punto de que el régimen actual no
logra tener los estándares mínimos reconocidos de la democracia y parece
caminar cada vez más rápido a convertirse en un autoritarismo clásico.
Para Robert Dahl un gobierno
democrático se caracteriza principalmente por su capacidad de responder a las
preferencias de sus ciudadanos, sin establecer diferencias políticas entre
ellos; por lo tanto los ciudadanos deben tener igualdad de oportunidades para
formular sus preferencias y poder manifestarlas públicamente sin ser discriminados por
ello.
Hoy el gobierno de Venezuela está
asignado valores de forma excluyente, por esta razón la asignación no es aceptada por la mayoría de los ciudadanos. Hay una ruptura
entre las demandas de la población y las respuestas que está dando el gobierno, los ciudadanos no sienten atendidas sus necesidades. El gobierno es incapaz de cumplir con su trabajo y por esta razón su existencia está amenazada.
Esta incapacidad ha socavado la legitimidad,
que Easton entendía como el apoyo que recibe
el sistema por parte de los miembros de la comunidad política en dos niveles:
uno difuso que hace referencia a elementos abstractos como la Nación y otro específico
que se refiere a elementos concretos como la aprobación del desempeño de las
autoridades y la confianza en las instituciones.
Aspectos como la competencia
electoral se ha caracterizado por grandes abusos del poder por parte del Estado
hasta el punto de estar gravemente menguada, las capacidades del poder
Legislativos han sido debilitadas, el poder Judicial ha sido totalmente
subordinado al Ejecutivo Nacional y los medios de comunicación están siendo
censurados cada día de forma más flagrante.
El caos político ha desembocado en
una grave fractura del tejido social del país y en la destrucción de las ya
débiles instituciones democráticas.
Para iniciar el crecimiento
democrático de Venezuela, desarrollarlo y fortalecerlo se debería
tener como objetivo primordial la reconciliación nacional, es imposible
afrontar los duros retos por venir sin realizar primero pactos que nos permitan
establecer una bases mínimas de confianza que nos ayuden a el restablecimiento de la legitimidad política,
la revisión, restructuración y fortalecimiento de instituciones que garanticen
el Estado de Derecho y la protección de los derechos humanos fundamentales.
Es
imprescindible reconstruir el tejido social, lograr una verdadera participación
sin ningún tipo de discriminación y establecer nuevas reglas para el Estado.
En
este sentido, se deberían dar prioridad a la promoción de la democracia participativa, protagónica y al pluralismo que son conceptos bases que ya están consagrados
en nuestra actual Carta Magna.
Con este fin destacamos la necesidad del fortalecimiento de dos instituciones democráticas, una política y otra social: los Municipios y los medios de comunicación e información.
Los entes locales,
la municipalidad como unidad básica, a través de la descentralización y la recursos apropiados, permitirá el desarrollo
de capacidades locales e incentivará la participación de la sociedad y una certera contraloría social. Los medios de comunicación libres harán posible el acceso fácil y fluido a la información y la libertad
de expresión, pudiendo contribuir en la erradicación de la corrupción que
ha carcomido todo el sistema.
Las acciones para acabar con la exclusión, implican cambios en las relaciones de poder, y eso tiene que ver directamente con la construcción de ciudadanía y la articulación de derechos.
Estos cambios son imposibles de lograr durante un período corto, por lo que es imprescindible crear la estructura
adecuada para obtener resultados a medio y largo plazo y garantizar procesos
que sean sostenibles en el tiempo, aunque transcurran diferentes períodos de
gobierno.
Sobre los Municipios y la descentralización
Una estrategia de profundización de
la democracia a mediano y largo plazo debería pasar indefectiblemente por la descentralización
del poder, el fortalecimiento de los gobiernos locales y la participación
ciudadana. Finalmente darle un buen sentido a nuestra vocación republicana que
hasta la fecha ha sido fallida.
A través de la descentralización y
la participación ciudadana se establecen relaciones estrechas entre el Estado y
la ciudadanía. En el ámbito locales es donde más clara y directamente pueden reconocerse
y ejercerse los derechos y deberes sociales y políticos, ya que son los gobiernos
municipales los que tienen mayor presencia en el día a día de los individuos.
La descentralización efectiva
actuará en contra de cualquier impulso futuro a caer en el autoritarismo, al
reforzar la transferencia de poder a la arena local.
Se debe educar a la ciudadanía y
asegurarse que se facilite la participación –equitativa y sin discriminación–
de estos en la vida política de los gobiernos municipales, como base para la
participación en otras escalas. En consecuencia se educa y se les facilita a
los individuos el ejercicio activo y responsable de la contraloría social.
Una verdadera participación debería
transformar la visión de los ciudadanos de simples residentes/beneficiarios a ciudadanos
que ejercen sus derechos y cuya opinión se toma en cuenta en la realización de
políticas públicas; promoviendo condiciones favorables para el desarrollo
económico y social de las comunidades, y con esto la mejorar en la calidad de
vida.
Una adecuada descentralización
procurará la cooperación y coordinación eficaz y eficiente entre las
organizaciones nacionales y regionales en las cinco ramas del poder (Ejecutivo,
Legislativo, Judicial, Electoral y Moral).
Sobre los medios de comunicación e información
Al reconocer la importancia de la
comunicación en la construcción y fortalecimiento de la democracia, la
gobernabilidad y los procesos de transformación social se reconoce la necesidad
de que el Estado procure las formas para que los medios de comunicación desarrollen
su actividad de forma independiente.
Los medios de comunicación son
instituciones multifuncionales dentro
del sistema intrasocial: cultural, educativo y económico.
Desempeñan un papel preponderante
en la promoción de una cultura democrática, difunden información que es crucial
para la vida y el desarrollo de las comunidades, actúan como guardianes de los
derechos humanos y de los abusos de la autoridad, por esta razón es imprescindible
tomar todas las medidas para asegurar que los medios estén libres de
intervenciones arbitrarias; no puedan ser censurados por razones de índole
política, ni se vean en la necesidad de auto-censurarse para procurar su supervivencia económica.
Es necesario incentivar el acceso
libre a la información y a las tecnologías asociadas a toda la sociedad y se protegerá y garantizará el derecho
fundamental a la libertad de expresión para todos los ciudadanos y actores
políticos. Es importante trabajar en la eliminación de los obstáculos en el
acceso de los partidos y otros actores políticos a los medios de comunicación, procurando
que este sea equitativo durante las campañas electorales, eliminando el
ventajismo por parte de actores asociados al gobierno del momento.
Desde el Estado se debería fomentar
la conducta ética y la autorregulación de los medios de comunicación, sin que
esto suponga coartación de la libertad de expresión e información o
intervencionismo.
Partiendo de la importancia de la
comunicación en las sociedades actuales, y del papel de los medios de
comunicación en la generación de opinión pública. Los medios de comunicación
pueden desempeñar un papel decisivo a la hora de promover políticas que fortalezcan
la transparencia y permitan una difusión más amplia de la información, contribuyan
al ejercicio de la contraloría social para luchar contra la corrupción.
La corrupción es un fenómeno que
debe combatirse con el fortalecimiento de las instituciones democráticas como
el refuerzo de sistema de justicia, pero también debe llevarse dentro de las
otras instituciones formales e informales de la sociedad para hacerlo parte de la
cultura ciudadana tal como ha sido presentado en programas de anticorrupción como el de DAC Network on
Governance.
A manera de conclusión
Cabe
destacar que fortalecer la democracia implica involucrarse con todas las
instituciones y requiere compromisos políticos en todos los niveles. Deberá
involucrar a los cinco poderes actualmente consagrados en nuestra Constitución,
a los partidos políticos, medios de comunicación, empresas, sindicatos, ONGs,
es decir a toda la sociedad civil.
Será imprescindible buscar consensos
sociales que legitimen las políticas públicas que se realicen por lo que será necesario que se
preste atención a la eficacia y la eficiencia del sistema y de todos los
actores involucrados.
Eliminar las condiciones
estructurales que provocan la exclusión en la asignación de valores será una
tarea permanente, para eliminar la desconfianza de los ciudadanos en las
instituciones. En este punto se debe hacer énfasis en la transparencia de los
procesos para evitar la corrupción.
El empoderamiento de los ciudadanos
para hacer demandas que desemboquen en buenas políticas públicas y una
contraloría social que obligue a buenas prácticas del gobierno.
El desarrollo de las instituciones
del Estado se deberá enfocar desde una perspectiva multidimensional, que
incluya los aspectos políticos, sociales, económicos y culturales.
La democracia involucra la participación
de la ciudadanía en el proceso
democrático, la seguridad humana, el acceso a la información, la
eficacia y transparencia de las instituciones del Estado, la promoción del desarrollo
económico y social; para lo cual el Municipio como base estructural y los
medios de comunicación e información deberán tener papeles preponderantes.
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